Mi nombre es Isabel, tengo 32 años y actualmente me dedico al Arte Collage, la poesía y la pintura Naive. Pueden encontrarme en redes sociales ( Instagram) Como Isabeldela_fuente_
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Marta era de aquellos rincones, donde las plantas vivas se adormecen a la luz. Las miraba con ternura y compasión. Marta les cantaba. Genuina, poco confiada, temerosa y brillante, Marta escapaba de las multitudes y se asomaba a la niebla, para no ser el blanco, mas bien ser ella misma. Marta un día cruzó sus ojos con los míos, y disparé con mi cámara… ahí estaba ella, petrificada en belleza, coherente en su pulso, visible ante su alma.
Siempre puntual. Llegaba mirando abismos en ojos ajenos, como si el silencio perteneciera a sus figuras. Deseaba pertenecer. Era el único sitio donde la paz se encontraba en la estructura de sus tejidos, de sus leyes y campos. Risueña en asco, imitaba una dama; prolija, llena de fe y perfección. Las abismantes campanadas recordaban la salida…siempre puntual. Era libre. Mis pies me guiaban al mar, sin trajes blancos, ni sombreros para ocultar mi rostro… sin apariencia, sucia y limpia, ambigua en el agua. Siempre puntual.
Recordé en su funeral, que las rosas no le gustaban. A ella nunca le gustaron las flores, decía que eran para los muertos, los estúpidos y débiles. Mientras replicaba su voz en mi cabeza, yo en secreto me transformaba en una niña jirafa. En ocasiones , sentía que mi cabeza llegaría hasta el cielo, a oler todas esas flores y nubes que en la tierra no estaban permitidas. Era el sitio donde nacía el sentimiento mas orgánico y protector, desolado en dolor y repleto de paz. Era una jirafa libre, mirando al mundo desde lo mas alto. Desde ese entonces, en aquel funeral, volví a amar las flores a viva voz y mi niña jirafa, pudo conocer los prados, sentir el aire, y convertir el suelo, en un infinito refugio floral.
Ana se reflejaba en Mia. Eran inseparables. Hasta que un día, la muerte se acercó. Les beso a cada una la frente, las manos y la voz. Mia encandilada, corrió a sus brazos y la muerte una nueva amiga codició. ¿Qué esperas Ana, para unirte a la ronda de a tres? Ella miró su propio cuerpo; débil, transparente y colapsó. “Yo iré hacia las rosas, las mentas y las malvas” contestó . Y con toda la fuerza de su coraza, Ana sus ojos desvendó. Tributo a mi lucha contra la anorexia y bulimia.